Por Ernesto Gutiérrez Tejón. Ingeniero de Montes.
En 2018, durante la construcción de la autopista cerca de la ciudad de Ostrov, en plena República Checa, se encontró un pozo de agua con un encamisado de madera.
La estructura, que tiene una base cuadrada de 80×80 cm y una altura de 140 cm, resultó ser de roble y avellano. Los árboles de los que se sacó la madera se cortaron entre el 5.255 y 5.256 a. n. e. Si a esto sumamos los 2.023 años de nuestra era dan un total de 7.278 años.

La técnica del carbono 14 permite establecer la fecha en la que crecieron los árboles y los anillos de los árboles permiten hacer una estimación bastante precisa del momento de la tala. Esto ha permitido a Jaroslav Peška, uno de los autores del estudio e investigador en el Centro Arqueológico Olomuc (República Checa), datar la estructura año arriba año abajo.

En esa época, en Centroeuropa, no hacía “mucho” (en tiempos geológicos) que se habían retirado los hielos de la última glaciación, la Glaciación Würm. Su duración aproximada fue desde los 100.000 hasta los 10.000 a.n.e. dando paso al periodo actual, el Holoceno. Periodo que muchos científicos proponen llamar Antropoceno por el impacto de la especie humana.
Al comenzar el Antropoceno, las temperaturas se suavizaron provocando un ascenso en el nivel del mar que por ejemplo, llevó a Gran Bretaña a quedar separada del continente europeo, o lo que es más impactante, que se secase lo que ahora es el desierto del Sahara. Más información aquí
La vida animal y vegetal no han evolucionado mucho desde esa época, pero sí se han producido importantísimos cambios en la distribución de las especies. Aun así, grandes y significativos animales se extinguieron: mamut lanudo, rinoceronte lanudo, león y oso cavernario, …

En cuanto a la vegetación hubo una colonización de sur a norte y de este a oeste y se pasó de una vegetación de tundra (arbustos enanos, hiedras y líquenes) a bosques de pinos, pinos con frondosas y frondosas.
En “Tipología de bosques europeos” Agencia Europea de Medio Ambiente podemos leer:
Las barreras geográficas, como el mar Mediterráneo y las cadenas montañosas europeas que se extienden de este a oeste (Alpes, Pirineos), han limitado sobremanera la migración latitudinal de taxones durante las glaciaciones y reducido cada vez más el número de especies capaces de colonizar de nuevo el noroeste y centro de Europa durante los periodos interglaciares. Por estas causas, el continente europeo es relativamente pobre en especies si se compara con regiones equivalentes de América del Norte y Asia. Las especies termófilas son relativamente escasas y solamente las especies de climas templados (Betula, Alnus, Pinus, Picea, Ulmus,Quercus, Tilia, Corylus) participaron en la recuperación posglacial de especies forestales en el norte y centro de Europa (Ozenda, 1994).

http://www.forest-monitor.com/en/the-return-of-the-forest/
Este proceso comenzó aproximadamente en el 10.000 a. n. e. (al retirarse los hielos) y sobre 5.000 a. n. e. ya estaba establecida una distribución similar a la actual. Y como dice Gordon Childe en Los Orígenes de la Civilización: cuando los bosques invadieron las antiguas estepas y tundras europeas, desalojando a las manadas de mamuts, bisontes, caballos y renos decayó la cultura basada en la caza y la recolección para dar paso a la nueva economía de productores de alimentos.
El Homo sapiens después de al menos 150.000 años cazando y recolectado, cambia su forma de vida y comienza una carrera de producción y acumulación transformando el medio. Modificaciones cada vez más intensas que nos han llevado hasta la situación límite actual.
Las alteraciones antropogénicas (pastoreo, quema y clareo del bosque para ganar superficie para la agricultura) comenzaron a interferir con los ecosistemas forestales europeos en el periodo Neolítico. La primera deforestación extensiva y explotación intensiva de los bosques tuvo que ver con la introducción de la agricultura en Grecia, alrededor de 6000 a.C. Desde Grecia, la agricultura se expandió lenta pero constantemente hacia el norte: entre 5500 y 5000 a.C., la agricultura y la ganadería se habían extendido a una amplia zona que abarcaba de Ucrania a Francia. Hacia 4000 a.C., la agricultura había llegado a Escandinavia (Halkka y Lappalainen, 2001). (Tipologia de los bosques europeos)

Unido a la agricultura se establecen los primeros poblamientos estables y con ellos los pozos de agua. La madera dentro del agua dulce se conserva muy bien porque en este medio no vive ningún insecto ni hongo que se alimente de la misma, que la descomponga. Por eso son más de 40 los pozos encontrados en Centroeuropa de la misma época y del mismo estilo.
En este sentido es muy interesante el articulo: “Early Neolithic Water Wells Reveal the World’s Oldest Wood Architecture”
Para que un pozo sea duradero es necesario realizar un encamisado que evite que se desprendan las paredes y se acabe cegando. Este encamisado se hacía con madera de roble, una madera duradera y sobre todo una madera de la que es fácil sacar tablas por el método de la hienda. Mediante hiendas radiales conseguimos tablas de roble duras e impermeables. Este tipo de corte radial todavía se utiliza hoy en tonelería.
Lo más sorprendente es que estando en la edad de piedra (neo-lítico) y sin herramientas metálicas ¿cómo es posible que se hiciera una carpintería tan elaborada?

La necesidad de trabajar la madera llevó a mejorar y adaptar la tecnología de utilización de las piedras, cambiando el material y realizando un pulido adecuado para esta función. En este vídeo puedes ver una simulación de cómo se trabajaba con este tipo de hachas.

El hacha y las azuelas de piedra pulimentada permitieron desbastar y labrar la madera y aunque solo tengamos muestras de pozos de agua, no cabe duda de que la madera se utilizaba para construir adornos, cabañas, empalizadas, collares para animales, aparejos, herramientas, arados primitivos, ruedas (las primeras ruedas no se utilizaron para el transporte si no para hilar), barcas de tablas,…

Collar de madera utilizado en la actualidad en Asturias
El Homo sapiens, adaptándose a las nuevas condiciones ambientales, desarrolla toda una cultura capaz de aprovechar los nuevos recursos y dentro de estos, la madera es un recurso aliado y fundamental de forma que podemos concluir que la edad de la madera es la edad del ser humano.