Maderas blandas: Desde el principio de los tiempos, la madera ha sido el material más importante utilizado en la construcción (lee nuestro post Una construcción en madera de más de 7.200 años). Su relativa facilidad para transformarla y la ligereza con respecto a su resistencia la hicieron indispensable en la construcción y fabricación de herramientas. Las revoluciones industriales del siglo XIX introdujeron otros materiales como el hierro, acero, hormigón, plásticos… pero la necesidad de una economía sostenible y descarbonizada (nuestro post Madera como sumidero de CO2) ha convertido a la madera en la piedra angular de las sociedades actuales.
La madera puede clasificarse de muchas maneras. La forma más común de clasificarla es según sus características de dureza, y dentro de esta propiedad hay dos grandes grupos: las maderas duras y las blandas. En este post os hablamos del segundo tipo.
Las maderas blandas son maderas que provienen de plantas gimnospermas o coníferas, es decir, sin hojas, ni flores ni frutos. Sus semillas se desarrollan desnudas, normalmente en conos y en vez de hojas, tienen acículas. Pertenecen a este grupo pinos, abetos y cipreses. Por lo general, este tipo de árboles crece más rápido que las frondosas, su madera es más blanda y con una densidad más baja. La madera blanda se utiliza mucho en construcción por su ligereza, mayor disponibilidad y bajo coste, en relación con las maderas duras. También se utiliza en la fabricación industrial de tableros aglomerados o de fibras, así como de productos de embalaje y de pellets.
Destacamos que algunas maderas de frondosas, como el chopo, se consideran maderas blandas y algunas coníferas, como el cedro, se consideran maderas duras.
USOS DE LAS MADERAS BLANDAS
En la industria se utilizan muchas especies de madera blanda para la fabricación de muebles y otros productos de madera. Entre ellas están el pino, el abeto, el ciprés, el chopo o álamo, entre otras. En cuanto a su uso, el 80% de la madera que se utiliza hoy en día es de este tipo, debido a que los niveles de producción son mucho más altos.
El pino es una madera blanda con una amplia gama de usos. Puede utilizarse en carpintería interior, muebles o paneles, y no presenta problemas de modelado, clavado o mecanizado. Aunque el color del pino se oscurece con la exposición a la luz, no son frecuentes los problemas al trabajar con este material. La presencia de resina o la apertura de poros sí requieren tratamientos específicos para mejorar la resistencia y fijación de las piezas.
Si hablamos del ciprés, sabemos que se utiliza principalmente como recubrimiento decorativo. Esto es así porque presenta muy buena resistencia al ataque de hongos e insectos. El abeto, en cambio, es muy sensible a la aparición de hongos, por lo que se emplea habitualmente en instrumentos de música, aunque también en la construcción de muebles, ya que es bastante fuerte y elástico.
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