Por David Funes Molina
En este post queremos hablaros del trabajo de Debra Bernier, una artista canadiense que realiza esculturas de madera muy originales, que evocan hadas, ninfas y maternidades espirituales, aprovechando la madera presente en entornos naturales. Gracias a su creatividad e imaginación ha desarrollado un estilo muy original e innovador a partir de cosas tan naturales y en apariencia tan inservibles como trozos de madera o troncos irregulares.
Para esta artista la naturaleza, sus bosques, sus formas y todos los elementos que la conforman son una fuente de inspiración inagotable que invitan a soñar e imaginar constantemente. Una rama caída, una raíz desnuda o simplemente madera de deriva arrastrada a la orilla o playa de un mar, lago o río por la acción de vientos, mareas u olas sirven para expresar el profundo respeto a la naturaleza.
Con sus esculturas fantásticas puebla la naturaleza que la rodea en su ciudad natal, Victoria (Canadá); talladas cuidadosamente a partir de ramas con raíz o maderas maltratadas por el tiempo, a veces agrega otros materiales naturales para enriquecer estas delicadas y femeninas figuras.
Bernier explica, “[…] nunca parto de un “lienzo en blanco”, cada pieza de madera es ya una escultura, creada por las caricias de las olas y el viento; la madera cuenta una historia y trato de pensar en su viaje mientras lo sostengo en mi mano; luego, extiendo o acorto las curvas y los contornos que ya existen formando animales o rostros de personas”.
El trabajo de Debra no se limita a la madera, ya que a menudo incorpora conchas, arcilla, piedras y otros objetos encontrados para completar sus figuras. Sus obras son reflejo de su trabajo en el que se fusiona la humanidad y la naturaleza, siendo la fertilidad y la maternidad dos de los temas más recurrentes.
Como una reinterpretación moderna de las estatuillas prehistóricas que se hacían en homenaje a la deidad de Venus, estos talismanes transmiten magia, paz y amor por la naturaleza y Bernier captura su esencia en imágenes de exquisita belleza.
“Las piezas terminadas son un reflejo no solo de mi vida, mi familia y mis hijos, sino de una conexión eterna y sagrada que todos compartimos con la naturaleza”, dice la artista.
Seguro que ahora os ha cambiado la perspectiva de ciertos elementos que antes no os transmitían nada. Seguro que ahora pensáis que todo es susceptible de adoptar una nueva forma, de que se puede sacar magia de las piedras…o de la madera.
La primera escultura de madera: Ídolo de Shigir